Divina Proporción de María Teresa Hincapié en el Cubo Blanco
Divina Proporción, presentada en el Salón Nacional de Artistas, subraya el poder de la austeridad en un mundo marcado por la aceleración, el consumo y el exceso. Durante varios días, María Teresa Hincapié habitó un espacio vacío, un océano de losas de concreto entre cuyas grietas sembró pequeños brotes de pasto que crecían tímidamente. Cuando no atendía su jardín, caminaba. Sus pies descalzos daban pasos casi imperceptibles, atravesando el espacio de lado a lado en extrema lentitud, dejando suspendida la velocidad urbana. El dispositivo escénico se articuló en torno a tres elementos inseparables: el cuerpo que se entrega al instante y transforma su presencia en rito; el espacio, un suelo duro que se convierte en paisaje; y el tiempo, expandido en una cadencia mínima y sostenida.
En esta acción artística se propone una experiencia que abraza la sencillez como una vía de resistencia en medio de una cultura dominada por la aceleración y el consumo. La lentitud se transforma en un gesto de atención y respuesta crítica; un modo de interrogar la manera en que habitamos, ya que su presencia solemne se convierte en un medio de trascendencia, permitiendo que el espectador entre en un estado meditativo. La pieza invita a contemplar la fragilidad y persistencia de lo vivo, y sugiere que detener el vértigo cotidiano puede abrir caminos de sentido más cercanos a nuestra propia naturaleza.
María Teresa Hincapié es reconocida como una de las pioneras del performance en Colombia y América Latina. Inició su trayectoria en el teatro antes de volcarse hacia una práctica artística íntima y espiritual. Participó en bienales internacionales así como en e el Museo de Bellas Artes de Caracas, el Museo de Arte Moderno de Bucaramanga y el Museo Nacional de Arte Reina Sofía de España, siempre destacando el valor de la sencillez y haciendo de su vida cotidiana una obra de arte.